El universo se inció en forma de energía, radiación, quarks... como partículas más básicas. Cuando estas partículas se enfriaron dieron lugar a la materia "normal": protones, neutrones, electrones... Estos permanecieron durante 300.000 años calientes y separados, lo que hizo que el universo se mantuviera opaco estos 300.000 primeros años.
Por tanto el universo era luminoso pero opaco, como si tubieramos una luz en la cara.
Pasados estos primeros 300.000 años los protones y electrones se juntaron o recombinaron, haciéndose el universo transparente, como la atmósfera de la tierra. Es entonces cuando "se hizo la luz".
En ese momento empieza la materia, la formación de nubes primero, y partículas que se combinan para formar materia, astros...
La materia (en forma de gas o nubes) estaba ditribuida casi perfectamente de forma homogénea, y ese casi es la diferencia; esas diferencias bienen determinadas por la variación en las condiciones iniciales. Regiones un poco más densas del gas se contrayeron, mientras que el universo continuaba su expansión. Esto dió lugar a estrellas, galaxias... y en difinitiva a nosotros mismos.
El universo en expansión
Como un globo hinchándose sin cesar el tamaño del cosmos aumenta día tras día, incrementando por tanto nuestra distancia al resto de galaxias.
En 1920 Edwin Habble (astrónomo estadounidense) fué el primero en percatarse de este fenómeno;escrutando la bóveda celeste, vió que el universo estaba repleto de galaxias alejándose unas de otras a una velocidad proporcional a la distancia entre ellas. Por ejemplo, cuanto más distante está una galaxia de nostros más rápidamente se aleja.
Estas pruebas, junto a modelos matemáticos, sugiere que en el pasado una inmensa explosión, popularmente llamada BigBang inició una expansión cósmica, todavía activa hoy en día.
A partir de los años 60 se multiplicaron las pruebas en favor de la teoría del BigBang, considerada actualmente la que mejor describe los orígenes y la evolución del universo.
Curiosamente el término BigBang fué acuñado por el físico Británico Fred Hoile, para burlarse de esta teoría que él nunca aceptó.
Para ilustrar el instante en que todo comenzó se suele considerar un único punto extremadamente denso y caliente conteniendo todos los ingredientes del futuro cosmos, donde las leyes de la física actual y los conceptos de espacio, tiempo, materia y energía no serían válidos. Hace 13.700 millones de años, por motivos que todavía se desconocen se produjo la gran explosión, que provocó la expansión cósmica y un paulatino enfriamiento del universo. Pasados unos instantes infinitesimales, se formaron los constituyentes fundamentales de la materia, los quarks, que a su vez se convinaron en protones y neutrones, los ladrillos básicos de los núcles atómicos. A temperaturas de centenares de millones de grados la unión entre protones y neutrones creó los primeros núcleos de la átomos más ligeros y todavía más abundantes del cosmos, el hidrógeno y el helio. Sin embargo la materia seguia estando tremendamente comprimida hasta el punto de que no había espacio para que la luz pudiese escapar. Esa condición de universo opaco se mantuvo durante los siguientes 300.000 años, hasta que el progresivo enfriamiento del universo primordial, debido a la expansión, permitió a dichos nucleos recombinarse con los electrones. Se formaron así los primeros átomos, mayoritariamente de hidrógeno y helio. Por fin el universo se hizo transparente; por fin se hizo la luz. El eco de aquel primer destello todavía impregna el cosmos, mediante débiles señales conocidas como radiación cósmica de microondas, analizadas hoy en día por el satélite europeo Planck y el americano Wmap. Como un cofre lleno de fotos antiguas cargadas de recuerdos, este tipo de luz invisible para nuestros ojos conserva los detalles de la infancia del universo. Estudiar la radiación cósmica de microondas significa escrudriñar el rastro fósil de la gran explosión que dió origen a todo lo que nos rodea, y en el que están memorizadas las etapas clave de la evolución del universo.
A medida que se expandía, la densidad y la temperatura del universo iban disminuyendo. Según una de la hipótesis más aceptadas, la presencia de pequeñas fluctuaciones iniciales de densidad degeneró en regiones de materia más concentradas que el medio circundante.Estos grumos de materia gaseosa, contrayéndose por efecto de la gravedad, se densificaron todavía más y aumentaron su tamaño de forma progresiva, envueltas en densas aglomeraciones de polvo y gas, que iban arrastrando de sus alrrededores. Dichas estructuras primordiales se consideran los nidos donde nació, centenares de millones de años después del BigBang, la primera generación de estrellas.
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